Edición Familiar: Un palacio en llamas (Lej Lejá 5780)

EDICION FAMILIAR: UN PALACIO EN LLAMAS (LEJ LEJÁ 5780)

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IDEA CLAVE DE LA SEMANA

Abraham nos sirve como modelo, demostrando que debemos asociarnos a Dios para luchar contra el mal a través de la justicia y la compasión.

Dios le habla a Abraham por primera vez y le dice que deje la casa de su padre y la tierra donde nació y pasó su niñez. Junto con su esposa Sara salen sin vacilación y  parten en su viaje hacia una nueva tierra y un nuevo tipo de fe – de esa forma   comienza la aventura de la historia judía, con la Tierra de Israel como  foco central. Abraham y Sara atraviesan  algunos contratiempos en el camino. Hay una hambruna en Israel y tienen que irse a Egipto por un tiempo. Allí, Abraham y su sobrino Lot tienen una discusión y deciden separarse. Cuando Lot es capturado en una guerra local, Abraham libra una batalla para liberarlo. Dios entonces hace un pacto con Abraham, prometiéndole que tendrá un hijo que será el siguiente enlace con las generaciones que se convertirán en el pueblo Judío. La marca de este pacto es el Brit Milá.

PREGUNTAS PARA PENSAR

  1. ¿Puedes pensar en algunas historias de la vida de Abraham que muestren por qué Dios consideró que Abraham debía ser el primer judío?

¿Por qué Abraham? Esa es la primera pregunta que debemos hacernos. Él es la figura clave de la historia de nuestra fe, el padre de nuestra nación, el héroe del monoteísmo, considerado sagrado no sólo por los judíos, sino también por cristianos y musulmanes. Sin embargo no parece haber ninguna descripción de su vida temprana que nos insinúe por qué fue señalado como el fundador de nuestra fe.

Esto es sumamente extraño. La Torá no nos deja duda alguna de por qué Dios eligió a Noaj: “Noaj era un hombre justo, sin mancha en su generación; Noaj caminó con Dios.” También nos da una clara indicación de por qué eligió a Moshé. Lo vemos como un joven, tanto en Egipto como en Midián, interviniendo donde viera una injusticia. Obviamente estas eran  personas extraordinarias. No hay información parecida en el caso de Abraham. Por lo tanto los sabios, estudiosos y filósofos a través del tiempo se vieron obligados a especular, a llenar el hueco en la narrativa, presentando sus propias sugerencias de por qué Abraham era distinto.

Existen dos explicaciones primarias. La primera es la de Abraham el iconoclasta, el destructor de ídolos. Teraj, el padre de Abraham, era un adorador de ídolos. Según el Midrash, él fabricaba y vendía ídolos. Un día, Abraham destruyó todos los ídolos, dejando el garrote que había utilizado en manos del ídolo más grande. Cuando su padre preguntó quién había roto sus dioses, Abraham culpó al ídolo más grande. “¿Te estás burlando de mí?” exclamó el padre. “Los ídolos no pueden hacer nada.” “Entonces,” preguntó el joven Abraham, “¿por qué los adoras?”

Abraham fue la primera persona en desafiar a los ídolos de su época y los judíos, creyentes o no, muchas veces han sido iconoclastas (dispuestos a confrontar las creencias aceptadas). Algunos de los pensadores más revolucionarios – ciertamente en la era moderna – han sido judíos. Tuvieron el coraje de desafiar la sabiduría aceptada, concebir nuevos pensamientos y ver el mundo de una forma sin precedentes. Es como si, alojado en la profundidad de nuestro ADN cultural e intelectual, tuviéramos internalizado lo que los sabios dijeron acerca de Abraham ha-ivrí, “el hebreo,” que significaba que él estaba de un lado y el resto del mundo en el otro.

La segunda visión fue expuesta por Rambam en Mishné Torá: Abraham el filósofo. En una época en la que el pueblo había perdido su camino y había caído en la idolatría, una persona se opuso a esa tendencia, el joven Abraham que siendo aún un niño preguntó: “¿Cómo es posible que este planeta esté en continuo movimiento y que no haya un impulsor?” Rambam destaca que “No tenía un maestro, ningún instructor… hasta que encontró el camino de la verdad y supo que hay Un Único Dios… Cuando Abraham llegó a los cuarenta años reconoció a su Creador.” De acuerdo a este relato, Abraham fue la primera persona que a través de su pensamiento llegó a la conclusión que Dios es la fuerza que mueve al sol y las estrellas. Lo que resulta único de Abraham según estos dos enfoques es que vio el mundo en forma diferente a todos los demás, y tuvo el coraje de hacer las preguntas, buscar la verdad, y vivir su vida de acuerdo a ella.

PREGUNTAS PARA PENSAR

  1. Alguna vez experimentaste presión de tus pares para que pienses de una forma, pero en realidad creías lo opuesto? ¿Encontraste el valor para ser diferente?
  2. ¿Es el judaísmo “iconoclasta” hoy es decir, tiene valores diferentes al resto de la sociedad)? ¿Puedes pensar en algún ejemplo?

A finales del verano de 1999, yo estaba en Pristina haciendo un programa de televisión sobre las secuelas de la campaña de Kosovo. Fuera de cada iglesia había un tanque de la OTAN. Al comienzo del conflicto habían sido los serbios cristianos los que habían atacado las mezquitas. Ahora temían represalias de los refugiados que retornaban. Los ánimos estaban caldeados. Todas las noches había asesinatos. La venganza estaba en el aire. La tarea más importante era establecer el orden y que volviera la paz civil. 

Entrevisté al general Sir Michael Jackson, en ese entonces jefe de las fuerzas de la OTAN. Para mi sorpresa, me agradeció lo que ‘mi pueblo’ había hecho. La comunidad judía se había hecho cargo de las 23 escuelas primarias de la ciudad. Fue, dijo, la contribución más valiosa al bienestar de la ciudad. Cuando 800.000 personas se han convertido en refugiados y luego regresan a casa, la señal más tranquilizadora de que la vida ha vuelto a la normalidad es que las escuelas abran a tiempo. Esto lo atribuyó al pueblo judío. Al reunirme ese mismo día con quien encabezaba la comunidad judía, le pregunté cuántos judíos vivían actualmente en Pristina. ¿Su respuesta? Once.

La historia, como más tarde la descubrí, era fascinante. En los primeros días del conflicto, el Estado de Israel había enviado, junto con muchas otras agencias internacionales de ayuda, un equipo médico de campaña para trabajar con los refugiados kosovares albaneses. Inmediatamente se dieron cuenta de algo que otros no habían advertido. Los organismos de ayuda se concentraban, no de forma antinatural, en los adultos. No había nadie trabajando con los niños. Traumatizados por el conflicto y lejos de casa, deambulaban por todos lados y se sentían perdidos.

El equipo llamó a Israel y pidió jóvenes voluntarios. Prácticamente todos los grupos juveniles de Israel, desde los más seculares hasta los más religiosos, enviaron equipos de líderes juveniles por intervalos de dos semanas. Trabajaron con los niños, organizando campamentos de verano, competiciones deportivas, eventos de teatro y música, y todo lo que se les ocurrió para que su exilio temporal se sintiera como unas vacaciones de verano. A todos los niveles fue un esfuerzo extraordinario. Los kosovares albaneses eran musulmanes, y para muchos de los trabajadores juveniles israelíes era su primer contacto y amistad con niños de otra fe. Su esfuerzo fue elogiado por UNICEF, la organización de las Naciones Unidas para la infancia. Fue a raíz de esta acción que se pidió al «el pueblo judío» -Israel, el “Joint” basado en Estados Unidos y otras agencias judías– que supervisaran el regreso a la normalidad del sistema escolar en Pristina.

Ese episodio me enseñó muchas cosas: el poder del jesed, los actos de bondad; la belleza y el poder curativo de la bondad extendida más allá de las fronteras de la fe; y la forma en que los jóvenes pueden alcanzar grandes logros morales si les ponemos un desafío. Todo el esfuerzo de socorro en Kosovo fue una maravillosa convergencia de muchas personas y organismos, de muchas religiones y naciones.

PREGUNTAS PARA PENSAR

  1. ¿Cómo se presenta al “pueblo judío” continuando el legado de Abraham, su patriarca, en esta historia?
  2. ¿Cómo se conecta esta historia al Midrash del ‘Palacio en llamas’ citado en Pensando más profundamente?

Hay una tercera explicación de por qué Dios eligió a Abraham, y la plantea el Midrash en el versículo inicial de la parashá:

“El Señor le dijo a Abram: Deja tu tierra, tu lugar de nacimiento, la casa de tu padre.” ¿Con qué puede compararse esto? Con un hombre  que viaja de un lugar a otro,  y ve un palacio en llamas. Se pregunta: “¿Es posible que este palacio no tenga dueño?” El dueño del palacio miró y dijo: “Yo soy el dueño del palacio.” Así, Abraham nuestro padre dijo: “¿Es posible que este mundo no tenga quien lo gobierne?” El Santo, Bendito sea, miró y le dijo: “Yo soy El que gobierna, el Soberano del universo.”

Este Midrash es enigmático. Su significado dista de ser obvio. En mi libro A Letter in the Scroll (Una letra en el rollo) (publicado en Gran Bretaña bajo el título de Radical then, Radical Now [Radical entonces, radical ahora]) argumenté que Abraham estaba impactado por la contradicción existente entre el orden del universo – el palacio – y el desorden de la humanidad – las llamas. ¿Cómo puede ser que en un mundo creado por un Dios bueno, pueda existir tanta maldad? Si alguien se toma el trabajo de construir un palacio, ¿lo deja a merced de las llamas? Si alguien se toma el trabajo de crear el universo, ¿lo deja para ser desfigurado por Sus propias creaciones? Según esta lectura, lo que movilizó a Abraham no fue la armonía filosófica sino lo discordante de la moral. Para Abraham, la fe comenzó con una disonancia cognitiva. Hay una sola forma de resolver está disonancia: protestando y luchando contra la maldad.

Ese es el agudo significado del Midrash cuando dice que el dueño del palacio manifiesta: “Yo soy el dueño del palacio.” Es como si Dios le estuviera diciendo a Abraham: Te necesito para que Me ayudes a apagar las llamas.

¿Cómo es posible esto? Dios es todopoderoso. Los humanos carecen de poder. ¿Cómo es posible que Dios le diga a Abraham “Necesito que Me ayudes a apagar las llamas”?

La respuesta es que la maldad existe porque Dios le dio a los humanos el don de la libertad. Sin libre albedrío, no podríamos desobedecer las leyes de Dios. Pero al mismo tiempo, no seríamos más que robots, programados para hacer lo que el Creador desee de nosotros. La libertad y su mal uso son el tema de Adán y Eva, Caín y Abel y la generación del Diluvio.

¿Por qué no intervino Dios? ¿Por qué no impidió que los primeros humanos comieran el fruto prohibido o evitó que Caín asesinara a Abel? ¿Por qué no apagó el fuego el dueño del palacio?

Porque al darnos el libre albedrío, Él evitó estar obligado a intervenir en la situación de los humanos. Si Él actuara para impedir cada situación equivocada que estuviéramos por hacer, no tendríamos libertad. Nunca maduraríamos, nunca aprenderíamos de nuestros errores, nunca nos convertiríamos en la imagen de Dios. Existimos como agentes libres sólo por el tzimtzum de Dios, Su autolimitación. Es por eso que, dentro de los términos en los cuales Él creó la humanidad, Él no puede apagar las llamas de la maldad humana.

Él necesita nuestra ayuda. Por eso eligió a Abraham. Abraham fue la primera persona que registra la historia en protestar por la injusticia en el mundo en nombre de Dios, más que aceptarla en el nombre de Dios. Abraham fue el hombre que dijo: “¿Será el Juez de toda la tierra El que no actúe con justicia?” Mientras que Noaj aceptó, Abraham no lo hizo. Abraham es el hombre del cual Dios dijo: “Yo lo he elegido para que lleve a sus hijos y a su familia por la senda del Señor haciendo lo correcto y lo justo.” Abraham fue el padre de una nación, de una fe, de una civilización, marcada a través de los tiempos por lo que Albert Einstein llamó “un amor casi fanático por la justicia.”

Yo creo que Abraham es el padre de la fe, no como ejemplo de aceptación sino como protesta – protesta contra las llamas que amenazan el palacio, contra la maldad que amenaza el mundo de la gracia de Dios. Combatimos esas llamas mediante actos de justicia y compasión que niegan la victoria del mal y acercan al mundo un poco más a lo que el mundo debería ser.

PREGUNTAS PARA PENSAR

  1. ¿Cómo hace el judaísmo para continuar hoy el legado de Abraham, demostrando la “fe como protesta” y asociándose con Dios para “combatir las llamas” de la maldad?

«El judaísmo no comienza preguntándose por qué el mundo es, sino como protesta de que el mundo no es como debiera ser. Es en ese grito, ese descontento sagrado, donde comienza la travesía de Abraham… la respuesta simple sería negar la realidad tanto de Dios como del mal. Entonces la contradicción desaparece y podríamos vivir en paz con el mundo. Pero ser judío es tener el coraje de rechazar las respuestas fáciles y rechazar tanto el consuelo como la desesperanza. Dios existe, por lo tanto la vida tiene un propósito. El mal existe, por lo tanto no hemos alcanzado aún ese propósito. Hasta entonces debemos viajar, como Abraham y Sara lo hicieron, para comenzar la tarea de darle forma a un mundo diferente.”

A Letter in the Scroll, pp.57-58 (publicado en Gran Bretaña como Radical Then, Radical Now, p. 55)

  1. ¿Cuáles son las tres aproximaciones dadas como respuesta a la pregunta “¿por qué Abraham?”? ¿Cuál es más inspiradora para ti?
  2. ¿Qué representa el palacio y las llamas en el Midrash citado? ¿Son contradictorios?
  3. ¿Quién debe apagar el fuego? ¿Cómo?

¿Quieres ganar un Sidur con los rezos diarios semanales de Koren Aviv? Este Sidur ha sido diseñado para ayudar a los jóvenes a explorar su relación con Dios así como los valores, historia y religión de su pueblo. Envía un correo electrónico a: CCFamilyEdition@rabbisacks.org con tu nombre, edad, ciudad y una pregunta u observación sobre la parashá de Convenio y Conversación Edición Familiar. Los participantes deben ser menores de 18 años. Cada mes seleccionaremos dos de las mejores, y ambos recibirán un Sidur dedicado por el Rab Sacks! Gracias a Koren Publishers por la amabilidad de donar estos maravillosos Sidurim.

en pocas palabras

  1. Aunque no tengamos información certera sobre la vida temprana de Abraham antes de ser elegido, esta pregunta te permite responder a esa pregunta retroactivamente buscando entre todas las historias sobre su vida luego de haber recibido el llamado de Dios. Hay muchas direcciones en las que puede ir esta conversación, pero si limitamos nuestra respuesta a sólo los temas explorados en Convenio y Conversación de esta semana, entonces las historias de cuando Abraham desafió a su padre acerca de la adoración de ídolos, y discutió con Dios para salvar Sedom y Gomorra, y la Akedá (ligadura de Ytzjak) son buenos lugares para comenzar. Abraham también era conocido por su jesed (bondad) y hospitalidad, y también su compromiso con la educación. Todos estos son indicadores de las cualidades que Dios vio en Abraham cuando lo eligió.

LA IDEA CENTRAL

  1. Todos experimentamos presión de nuestros pares, tanto niños como adultos. También experimentamos presión de las normas de la sociedad en la que vivimos (que también es una forma de presión de nuestros pares), y a veces esto se opone a nuestros valores religiosos o personales. Encontrar ejemplos reales de nuestras vidas nos ayuda a comprender el modelo de coraje y compromiso que Abraham es para nosotros.
  2. Los valores del judaísmo a veces se oponen a las normas de la sociedad. Por ejemplo, nuestra sociedad se vuelve cada vez más individualista, y si bien el judaísmo honra los derechos de los individuos (y de hecho trajo esta idea al mundo en una época en que era algo desconocido) el judaísmo también valora la familia, la comunidad y la identidad como pueblo.

UNA VEZ SUCEDIÓ…

  1. Los esfuerzos realizados por esos jóvenes judíos para ayudar a niños en una situación terrible en un país devastado por la guerra es un gran ejemplo de cómo podemos continuar el legado de Abraham, que se asoció con Dios para luchar contra el mal en el mundo, haciendo del mundo un lugar más perfecto (ver Pensando más profundamente)
  2. El palacio en llamas del Midrash representa el mal y el caos creados por los humanos en el mundo que Dios creó. Esta historia sucede en un contexto que describe justamente eso. Cuando Abraham pregunta por qué nadie está apagando el fuego, Dios extiende Su mano y dice “Únete a Mí en esta tarea”. Esta historia muestra a jóvenes judíos peleando contra las llamas de la guerra y el desastre, ayudando a las víctimas a reconstruir sus vidas.

PENSANDO MÁS PROFUNDAMENTE

  1. Los judíos siempre han estado al frente de la mejora del mundo, haciéndolo un lugar mejor para que la humanidad pueda vivir, a través de la innovación, lucha por la justicia, y activismo social. Estas acciones se encuentran dentro de los valores centrales de la Torá.

ALREDEDOR DE LA MESA DE SHABAT

  1. Los tres enfoques son:
    1. Abraham el iconoclasta, el destructor de ídolos
    1. Abraham el filósofo
    1. Abraham, el socio de Dios en hacer Tikún Olam (reparar el mundo)
  2. El palacio es el mundo ordenado y bello que Dios creó. El fuego es el caos (y el mal) que los hombres crean. Algunos (por ejemplo, pensadores religiosos) creen que no hay una contradicción ya que Dios crea el fuego, por motivos que a veces no comprendemos, pero normalmente para castigarnos. Otros (por ejemplo científicos ateos) creen que no hay contradicción porque no existe el orden en el universo, sólo azar aleatorio. El judaísmo se rehúsa a decir que no existe la injusticia y maldad (que es creada cuando ejercemos nuestro libre albedrío) a la vez que cree que hay orden en el universo (Dios como Creador, que actúa en la historia)
  3. Es el trabajo de la humanidad unirse a Dios para apagar las llamas juntos. La Torá es un manual que nos dice cómo construir una sociedad basada en los valores que nos ayudarán a apagar el fuego y llevar el mundo a un estado de redención (Tikún Olam).

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Esta Edición Familiar es una guía al ensayo principal de Convenio y Conversación para Lej Lejá 5780 que puedes leer aquí.

Traducción y edición

  • Iair Salem
  • Carlos Gómez
  • Inés Jawetz
  • Abraham Maravankin