
EDICION FAMILIAR: LA CORONA QUE TODOS SE PUEDEN PONER (PINJAS 5779)
Convenio y Conversación: Edición Familiar es una iniciativa nueva y emocionante de La Oficina del Rabino Sacks para 5779. Escrita como un acompañamiento al ensayo semanal Convenio y Conversación del Rabino Sacks, la Edición Familiar tiene como objetivo conectar a los niños mayores y adolescentes con sus ideas y pensamientos sobre la parashá.
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Esta Edición Familiar es una guía al ensayo principal de Convenio y Conversación para Pinjas 5779 que puedes leer aquí.

La parashá Pinjas empieza completando el episodio que empieza en parashá Balak. Pinjas terminó con la plaga que estaba devastando a los israelitas que habían sido llevados a la idolatría por las mujeres moabitas y midianitas. El premio para Pinjas por su acto pasional fue “un pacto de paz” (Bamidbar 25:12) y “sacerdocio permanente”, también para sus descendientes (25:13).
La parashá continúa con el segundo censo del Libro, esta vez contando a la nueva generación que entraría en la Tierra Prometida. Luego se nos presentan dos historias, una sobre las hijas de Tzelofjad, y la segunda sobre el pedido de Moshé para que Dios nombre un sucesor. La parashá termina con dos capítulos sobre los sacrificios que deben traerse en diferentes momentos, diariamente, semanalmente, mensualmente y en las festividades.

Un hombre llamado Tzelofjad había muerto. Sus cinco hijas se dirigieron a Moshé con una pregunta. Se había decidido que los hijos varones heredarían de sus padres su porción en la tierra de Israel, pero dado que este hombre no dejó hijos varones, las hijas preguntaron si ellas podrían heredar la tierra de su padre en su lugar. Moisés le preguntó a Dios y el pedido fue concedido. Entonces Moshé hizo una pregunta sobre sí mismo:
Moshé le dijo al Señor: “Que el Señor, Dios de todos los espíritus de todo cuerpo, designe a un hombre por sobre esta comunidad… para que el pueblo del Señor no sea como ovejas sin pastor.”
¿Por qué la pregunta de Moisés se hace inmediatamente después del pedido de las hijas de Tzelofjad? Los sabios encontraron una conexión, y una importante revelación, tanto en la pregunta de Moshé como la respuesta de Dios.
Recientemente, Moshé había perdido a sus hermanos Miriam y Aarón, y también sabía que él no viviría lo suficiente para guiar a los Hijos de Israel hacia la Tierra de Israel. Además, Dios le acababa de informar que él estaba en su último lugar de descanso. Entonces, sus pensamientos se encontraban en su propia mortalidad, y en que no viviría para cruzar el Jordán y llevar a su pueblo dentro de la Tierra Sagrada, que hubiera sido la realización de la obra de su vida. Ahora le preguntó a Dios quien tomaría su rol de líder. Poniendo cuidadosa atención al el contexto, y escuchando el pasaje inmediatamente anterior sobre las hijas de Tzelofjad, los sabios encontraron una pista de por qué Moshé eligió este momento para hacer a Dios esta pregunta, y cuál esperaba que fuera la respuesta.
Moshé razonó: es el tiempo justo para que yo haga mi petición. Si las hijas heredan, ciertamente con razón mis hijos deberían heredar mi gloria. El Santo, Bendito Sea, le dijo: “El que cuida la higuera comerá su fruto” (Proverbios 27:18) Tus hijos permanecieron ociosos y no estudiaron Torá. Ieoshúa te sirvió lealmente y te otorgó gran honor. Fue él el quien se levantaba temprano a la mañana y permanecía hasta avanzada la noche en tu Tienda de Reunión. Él ordenaba los bancos y tendía las esteras. Viendo que él te sirvió con toda su fuerza, él es digno de servir a Israel, pues él no perderá su recompensa.
Esta fue otra gran desilusión para Moshé. No sólo no entraría a la tierra, sino que también fue su destino ver que sus hijos no fueran tomados en cuenta para la búsqueda de su sucesor
Pero es precisamente aquí que encontramos, por primera vez, una de las ideas más poderosas del judaísmo. Iehoshúa se ganó el derecho de heredar el rol de líder y maestro. Este es un concepto profundamente igualitario (democrático y no clasista) que nos enseña un mensaje importante sobre los líderes judíos: el concepto de que somos una nación de individuos parados con la misma dignidad ante la presencia de Dios. Y sí, hay una relación de herencia entre la Torá y el judío, pero la primera debe ser amada para ser merecida. Debes amar a la Torá si quieres heredarla.
PREGUNTAS PARA PENSAR
- ¿Por qué crees que Moshé querría saber que su hijo se convertiría en el próximo líder del pueblo judío?
- ¿Cómo es posible comprobar que el concepto judío de nación es igualitario a partir del hecho que Ieoshúa tuvo el mérito de convertirse en el próximo líder del pueblo después de Moshé?
- ¿Puedes pensar en otro caso en el pensamiento judío o en la ley judía que también sugiera que el judaísmo cree que todos los judíos son igualmente sagrados y valiosos a los ojos de Dios?

Ieoshúa Ben Gamla fue Sumo Sacerdote en Israel, en los últimos años del Segundo Templo. Está escrito en el Talmud Babli, Bava Batra 21a…
Que el nombre de ese hombre, Ieoshúa ben Gamla, sea bendecido y recordado, porque, de no ser por él, la Torá habría sido olvidada y perdida del pueblo judío.
Porque al principio, si un niño tenía un padre, el padre le enseñaba al niño, y si no tenía padre, no aprendían en absoluto…
Después hicieron una ordenanza para que los profesores de los niños fueran designados en Ierushalaim…
Aun así, sin embargo, si un niño no tenía padre, no habría nadie que lo llevara a aprender a Ierushalaim.
Entonces, ellos ordenaron que se nombrara a los profesores en cada región, y que los niños debieran ingresar a la escuela a la edad de dieciséis o diecisiete años.
Sin embargo, estos niños estaban bastante crecidos ya, y sucedía que si el profesor los castigaba, se rebelaban y abandonaban la escuela.
En algún momento, Ieoshúa ben Gamla vino y ordenó que los profesores de los niños pequeños fueran nombrados en cada distrito y en cada pueblo, y que los niños debían ingresar a la escuela a la edad de seis o siete años.
PREGUNTAS PARA PENSAR
- ¿Porque sugiere el Talmud que sin estas medidas introducidas por Ieoshúa ben Gamla, la Torá se habría olvidado?
- ¿Cómo está conectado esto con la idea de una aproximación igualitaria a la gente discutida en La idea central?

La tradición igualitaria en el judaísmo se resume en este famoso dictamen de Maimónides:
“Con tres coronas fue honrado Israel – con la corona de la Torá, la corona del Sacerdocio y la corona del Reino. La corona del Sacerdocio fue otorgada a Aarón y sus descendientes. La corona del Reino fue conferida a David y sus descendientes. Pero la corona de la Torá es para todo Israel. Cualquiera que lo desee, que venga y la tome. No crean que las otras dos coronas son más grandes que la de la Torá… La corona de la Torá es más grande que las otras dos.”
Esto tuvo consecuencias sociales y políticas inmensas. A lo largo de la mayor parte de la época bíblica las tres coronas estaban operativas. Además de los Profetas, Israel tenía reyes y un sacerdocio activo que funcionaba en el Templo. El principio dinástico – el liderazgo que pasaba de padre a hijo – aún dominaba en dos de los tres roles. Pero con la destrucción del Segundo Templo, el Reino y la función del sacerdocio cesaron. El liderazgo se trasladó a los Sabios que se vieron a sí mismos como herederos de los Profetas.
En el Israel de la época bíblica, los sacerdotes eran los principales guardianes y maestros de la Torá. Por lo tanto, en vista de esto, hubiera sido un natural pasar de sacerdote a rabino, pero en lugar de eso los sabios se definieron a sí mismos como sucesores de los profetas. ¿Por qué motivo no se veían los Rabinos como herederos de Aarón y del sacerdocio? Existen muchas razones, pero con seguridad esta es una de ellas: El sacerdocio era una dinastía. No estaba abierto para todo el mundo. Estaba restringido por nacimiento. En cambio, el liderazgo profético nunca podía ser predicho. La prueba de esto fue Ieoshua ben Nun, cuyas acciones le permitieron convertirse en el profeta que sucedió a Moshé. Significó que cualquiera, al ser un discípulo y con dedicación, podía aspirar al liderazgo rabínico y a la corona de la Torá.
Por lo tanto nos encontramos con una paradoja en las fuentes. Por un lado, la Torá es descrita como una herencia: “Moshé nos ordenó la Torá como heredad (morashá) de la congregación de Yaakov” (Deuteronomio 33:4). Por el otro, los Sabios insistían que la Torá no era una herencia: “R. Yose dijo: Prepárense para aprender Torá, porque no les fue dada como herencia (yerushá).” (Mishná Avot 2:12)
La resolución más simple de esta contradicción es que hay dos tipos de herencia. El hebreo bíblico tiene dos términos diferentes para denominar lo que recibimos como herencia: yerushá/morashá y najalá. Najalá está relacionada con la palabra najal, “un río.” Es algo que desciende automáticamente a través de las generaciones, como el agua de un río que fluye hacia la desembocadura. Yerushá viene de la palabra yarash, que significa “tomar posesión.” Se refiere a algo de lo cual se tiene un título legítimo, pero requiere una acción concreta para poseerlo.
Un título hereditario, como ser el de un duque o un conde se pasa de padre a hijo. También ocurre con los emprendimientos familiares. La diferencia es que la primera no requiere ningún esfuerzo por parte del heredero, mientras que el segundo necesita mucho trabajo si es que la empresa va a continuar con su valor inicial. La Torá es como el emprendimiento, no como el título. Debe ser ganado para ser sostenido.
La tragedia personal de Moshé resultó el consuelo de Israel. La Torá podía ser heredada por todas las personas que él guió, y por todos sus descendientes. En Nedarim 81a, los sabios lo dicen de este modo: “¿Por qué no es común que los estudiosos tengan hijos que sean estudiosos?… Para que no se diga que la Torá es su heredad.” El hecho de que su sucesor no fuera hijo de Moshé sino Ieoshúa, su discípulo, significó que una forma de liderazgo – histórica y espiritualmente la más importante de las tres coronas – podía estar al alcance de todos. La dignidad no es un privilegio de nacimiento. El honor no está destinado a los que tienen los padres rectos. En el mundo definido y creado por la Torá, todos son líderes potenciales. Todos podemos ganarnos el derecho a ponernos la corona.

Ezra y Nejemías [instituyeron la lectura pública de la Torá. Es de aquí que viene nuestra tradición de leer la parashá semanal cada Shabat. Con esto] pusieron en marcha un profundo cambio en la vida judía, cuyos detalles iniciales son difíciles de obtener dada la falta de material literario de fuentes judías entre los siglos cuarto y segundo AEC. Pero podemos tomar la historia de Shimon ben Shetaj en el siglo primero AEC. Hasta entonces, la educación tenía lugar principalmente en la familia. Shimon ben Shetaj estableció el primer sistema educativo nacional en Israel, creando escuelas a lo largo del país para niños de dieciséis y diecisiete años… Este fue el primer sistema de su tipo en el mundo. El Talmud también contiene las primeras reglamentaciones del mundo acerca de la preparación de los maestros y el tamaño de las clases.
Como notó H.G. Wells en su libro Trazado de la Historia (Outline of History), “La religión judía, por ser una religión sostenida por la literatura, llevó adelante los primeros esfuerzos para proveer educación elemental para todos los niños de la comunidad.” En contraste, la educación obligatoria universal no existió en Inglaterra hasta 1870. No había nada remotamente parecido en el mundo antiguo. Incluso las grandes academias de la antigua Grecia estaban reservadas para una élite. El judaísmo rabínico se propuso lograr una sociedad de alfabetización universal. Paul Johnson lo llama una “antigua y altamente eficiente máquina social para la producción de intelectuales.”
Ceremony & Celebration, Shavout: The Greatest Gift, p.279
PREGUNTAS PARA PENSAR
- ¿Cuál es el vínculo entre Ezra y Nejemías y Shimon ben Shetaj, y cómo se conectan con la tradición igualitaria del judaísmo explorada en Convenio y Conversación de esta semana?
- ¿Crees que la educación es un derecho humano básico?

- ¿En qué estaba pensando Moshé cuando pidió a Dios que encuentre un sucesor?
- ¿Crees que la educación es importante para todos los niños y todos los adultos?
- ¿Por qué crees que era importante para Moshé saber que su hijo sería su sucesor como líder del pueblo judío?
- ¿Cómo es posible comprobar que el concepto judío de nación es igualitario a partir del hecho que Ieoshúa tuvo el mérito de convertirse en el próximo líder del pueblo después de Moshé?
- ¿Qué diferencia hay entre una najalá y una yerusá? ¿Cuál de ellas es la Torá?

¿Quieres ganar un Sidur con los rezos diarios semanales de Koren Aviv? Este Sidur ha sido diseñado para ayudar a los jóvenes a explorar su relación con Dios así como los valores, historia y religión de su pueblo. Envía un correo electrónico a: CCFamilyEdition@rabbisacks.org con tu nombre, edad, ciudad y una pregunta u observación sobre la parashá de Convenio y Conversación Edición Familiar. Los participantes deben ser menores de 18 años. Cada mes seleccionaremos dos de las mejores, y ambos recibirán un Sidur dedicado por el Rab Sacks! Gracias a Koren Publishers por la amabilidad de donar estos maravillosos Sidurim.

LA IDEA CENTRAL
- Una posible respuesta es que todos a su alrededor pudieron dejar un legado a sus hijos. Todos los hijos de Aarón y sus descendientes se volverían kohanim, incluso hasta el día de hoy. Las hijas de Tzelofjad también podrían heredar de su padre. Pero para Moshé esto no era ni siquiera la esperanza de poder legar a sus hijos un trabajo o un estatus. Cuando un hijo se hace cargo del legado de su padre es como si el padre mismo lo estuviera continuando. Es un tipo de eternidad que se alcanza cuando la próxima generación continúa el camino que has trazado, y significa que tu nombre y tus ideas continuarán más allá de tu muerte. Todos desean saber que sus vidas son significativas y no serán olvidadas, y esto se siente habitualmente como una forma de garantizarlo.
- El hecho de que el hijo de Moshé no recibiera automáticamente el rol de líder significa que todos tienen la misma oportunidad, y es visto como si todos tuvieran el mismo valor ante Dios. Esta meritocracia es como se ve una sociedad igualitaria.
- La educación judía y el estudio de Torá está abierto y es alentado para todo el mundo (ver Una vez sucedió, Pensando más profundamente y Del pensamiento del Rabino Sacks). No existen jerarquías en el judaísmo cuando se trata de conectarse o servir a Dios. Todos los aspectos espirituales, normativos (legales) y rituales personales del judaísmo están abiertos a todos.
UNA VEZ SUCEDIÓ…
- Sin educación una sociedad no puede pasar su herencia a la próxima generación. Esto llevará a la asimilación e inexorablemente al fin de esa nación y culturas distintivas. Ieoshúa ben Gamla comprendió que no es suficiente con educar solamente a las élites académicas o espirituales, y para realmente asegurar la continuidad del pueblo judío introdujo la educación universal para cada judío. Esto fue miles de años antes que el resto del mundo viera el valor de la educación universal.
- La educación universal predicó acerca del valor de que todas las personas merecen educación como un derecho humano básico, y que son igualmente importantes a los ojos de la sociedad. Algunas sociedades antiguas creían que sólo la élite merecía educación, o que sólo valía la pena educar a aquellos lo suficientemente inteligentes para recibir esa educación. El judaísmo cree que todas las personas caen dentro de esta categoría.
DEL PENSAMIENTO DEL RABINO SACKS
- Ezra y Nejemías encontraron una forma de asegurarse que cada judío, desde el Rabino más erudito hasta la persona promedio en la calle, tuviera acceso a la Torá en forma regular. Shimon ben Shetaj (y Ieoshúa ben Gamla antes que él – ver Una vez sucedió) construyó sobre esta idea al establecer la educación universal en la forma de escolarización formal para todos los niños judíos. Todas estas iniciativas aseguraron que no sólo los ricos o privilegiados o los académicamente inteligentes dentro de la sociedad judía pudieran ser educados, sino todos los judíos, asegurando un acceso igualitario a la educación de Torá.
- La educación le otorga poder y dignidad a los individuos en la sociedad. Todos los sistemas democráticos se basan en una sociedad educada. A este respecto es un derecho humano universal, por lo tanto asegurado por todas las naciones democráticas. Esto fue instituido muchas generaciones antes en la sociedad judía talmúdica.
ALREDEDOR DE LA MESA DE SHABAT
- Moshé había perdido recientemente a sus hermanos, y le fue dicho que estaba cerca del final de su vida, por lo que sabía que sería incapaz de completar el trabajo de su vida y traer a los Hijos de Israel a la Tierra de Israel. Él quería asegurarse que un sucesor digno fuera elegido para completar su misión. Además, había presentado la pregunta de las hijas de Tzelofjad ante Dios, preguntando qué sucede cuando un hombre sólo tiene hijas para heredar sus bienes. Esto generó en su mente la pregunta de qué pasaría con su propio legado y el rol que tendrían sus hijos en continuarlo.
- Ver Del pensamiento del Rabino Sacks, respuesta 2. La educación de Torá también es alentada como una actividad diaria incluso para adultos que han estudiado por muchos años. Estudiamos Torá una y otra vez, y cuanto más aprendemos, más descubrimos.
- Ver La idea central, respuesta 1.
- Ver La idea central, respuesta 2.
- Una najalá, al igual que un arroyo, fluye hacia la próxima generación sin que se necesite realizar una acción. Un hijo automáticamente hereda los bienes de sus padres. Por otro lado, una yerushá necesita ser tomada como herencia en forma activa. Yerushá significa “tomar posesión.” Se refiere a algo a lo cual tienes un derecho legítimo, pero que debes tomar una acción positiva para adquirirlo. Esto es la Torá, nuestra herencia, que para obtenerla debemos trabajar duro. A pesar que cuando un niño nace de una madre judía es automáticamente judío, para adquirir completamente la Torá debemos estudiarla y ocuparnos de ella durante todas nuestras vidas.
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Esta Edición Familiar es una guía al ensayo principal de Convenio y Conversación para Pinjas 5779 que puedes leer aquí.
Traducción y edición
- Iair Salem
- Carlos Gómez
- Inés Jawetz
- Abraham Maravankin