Los rituales son la forma en que las civilizaciones preservan sus recuerdos

Cuando la gente habla de religión en Gran Bretaña, tiende a hablar de creencias. Lo cual, para los judíos, es muy extraño. Sí, la creencia es importante, pero para nosotros la religión se trata fundamentalmente de rituales, las cosas que hacemos juntos como expresión de la memoria colectiva y los ideales compartidos. El ritual es la poesía del hecho, la coreografía de la fe, y en ningún lugar es más claro que en la Pascua, Pesaj, la fiesta que comenzamos a celebrar este lunes por la noche.

En él contamos la historia del evento marco de la historia judía, el éxodo de Egipto y el largo camino de la esclavitud a la libertad. Lo contamos alrededor de la mesa, generalmente con la familia extendida, y no solo lo contamos: también lo saboreamos, comiendo matzá, pan sin levadura, y maror, hierbas amargas, para recordarnos cómo se sentía el ser oprimidos, y bebemos vino y cantamos canciones para celebrar el hecho de que estamos aquí para contar la historia.

Lo que le da a Pesaj su poder perdurable, es que es una forma de transmitir nuestra memoria e identidad a través de las generaciones. Comienza con una serie de preguntas hechas por el niño más pequeño, y todavía puedo recordar cuando las hice hace tantos años cuando tenía cuatro o cinco años en compañía de mis abuelos.

Es un poco impactante darme cuenta de que ahora soy el abuelo y los jóvenes que hacen las preguntas son mis nietos. Pero qué continuidad representa esto, ver en el transcurso de mi vida a cinco generaciones contando la misma historia, haciendo las mismas preguntas, cantando las mismas canciones, aprendiendo qué significa la libertad y cómo se siente y sabe el perderla.

Ese es el poder del ritual, las acciones simples que hacemos de niños porque es divertido y de adultos porque sabemos que la batalla por la libertad y la dignidad humana nunca termina y debemos estar preparados para luchar por ellas en todo momento. 

Los rituales son la forma en que las civilizaciones conservan su memoria, manteniendo la fe de aquellos que nos precedieron y transmitiendo su legado al futuro. Lo más importante que me dieron mis padres y lo que más intenté darles a nuestros hijos, fueron ideales por los que vivir. Todo lo demás era solo el envoltorio del regalo, disfrutado brevemente y luego olvidado.

Las creencias inspiran a nuestros hijos y, finalmente, cambian el mundo cuando se traducen en las canciones que cantamos, las historias que contamos y los rituales que realizamos. La prueba es la Pascua, la historia que ha dado esperanza a los judíos durante más de tres mil años.

Primera emisión en el Thought for the Day de BBC Radio 4

Traductor

Inés Jawetz

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