Edición Familiar: Cuando el Yo está en silencio (Vayetzé 5779)

VAYETZÉ: CUANDO EL YO ESTÁ EN SILENCIO

Convenio y Conversación: Edición Familiar es una iniciativa nueva y emocionante de La Oficina del Rabino Sacks para 5779. Escrita como un acompañamiento al ensayo semanal Convenio y Conversación del Rabino Sacks, la Edición Familiar tiene como objetivo conectar a los niños mayores y adolescentes con sus ideas y pensamientos sobre la parashá.


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Esta Edición Familiar es una guía al ensayo principal de Convenio y Conversación para Vayetzé 5779 que puedes leer acá.


en-pocas-palabras

Yaakov deja su hogar huyendo de su hermano Esav, que había prometido matarlo, pero luego se encuentra en una relación difícil con Labán, su tío, que accedió a recibirlo. Se enamora de la hija menor de Labán, Rajel, y accede a trabajar durante siete años a cambio de obtener su mano en matrimonio.
Después del casamiento, Yaakov descubre que Labán ha cambiado a Rajel por su hija mayor, Lea.
Yaakov se casa con Rajel también, pero hay mucha tensión entre las dos hermanas. Lea, que no se siente querida, es bendecida con muchos hijos; pero Rajel, profundamente amada por Yaakov, no lo es. Se produce más tensión entre Yaakov y Labán –relacionado con rebaños, salarios y propiedad del ganado– que eventualmente lleva a Yaakov a huir nuevamente, esta vez de regreso hacia su casa. La parashá comienza y termina con estos dos viajes.


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En la parashá de esta semana, Yaakov, solo y lejos de su hogar, se acuesta a pasar la noche, sobre una almohada hecha solo de piedras, y sueña con una escalera apoyada en la tierra pero que llega hasta el cielo, con ángeles subiendo y bajando. Yaakov llama al sueño un encuentro con la “casa de Dios” haciendo alusión a que este será el futuro lugar donde se ubicará el Templo, que hará de modelo para nuestra “casa de Dios” actual, la sinagoga. Este será el primer sueño sobre una “puerta del cielo” que permitirá el acceso hacia un Dios que se encuentra en las alturas, permitiéndonos saber finalmente que “Dios realmente está en este sitio”.
Hay, sin embargo, algo extraño en el texto hebreo que se pierde en la traducción, y que lleva a los maestros Jasídicos a recordárnoslo. La palabra yadati significa “yo sabía” y lo yadati, “yo no sabía.” Sin embargo, cuando Yaakov despierta de su sueño él dice “Con seguridad el Señor está en este sitio ve-anojí lo yadati.” Anojí significa “yo” que en esta frase está de más. La traducción literal sería “Y yo, yo no sabía.” ¿A qué se debe el doble “yo”?
Al respecto, el Rab Pinjas Horowitz (Panim Yafot) elabora una magnífica respuesta. ¿Cómo sabemos –se pregunta– que “Dios está en este lugar”? “Por anojí lo yadati – no conociendo el Yo.” Conocemos a Dios cuando nos olvidamos de nosotros mismos. Sentimos el “Tú” de la Divina Presencia cuando salimos del “yo” del egocentrismo. Solamente cuando dejamos de pensar en nosotros mismos podemos estar abiertos al mundo y al Creador.

PREGUNTAS PARA PENSAR:

  1. ¿Estuviste alguna vez tan absorto en algo que te olvidaste dónde estás y qué hora es? ¿Alguna vez te olvidaste quien eres durante un brevísimo instante?
  2. ¿Puedes pensar en alguna festividad del calendario judío cuando la ley judía que nos exige hacer eso –olvidarnos de nosotros mismos y solo concentrarnos en el mundo y en el Creador?
  3. ¿Por qué piensas que estar enfocados en nosotros mismos nos impide rezar o establecer una profunda relación con Dios?

una-vez-sucedio

El maestro jasídico Rab Simja Bunim de Peshisha solía decir a sus estudiantes: “Todo el mundo debe tener dos bolsillos, con una nota en cada bolsillo, de forma tal que cada uno pueda buscar en uno o el otro de acuerdo a la necesidad. Cuando uno se sienta cabizbajo, desalentado o desconsolado, uno debe buscar en el bolsillo derecho y, allí encontrará las palabras: El mundo fue creado para mí. Pero cuando uno se sienta grande y poderoso uno debe buscar en el bolsillo izquierdo y encontrará las palabras: No soy más que polvo y cenizas”.

PREGUNTAS PARA PENSAR:

  1. ¿Cuál es el mensaje de esta historia? ¿Qué conexión puede ver entre esta historia y “La Idea Central” arriba?

  2. ¿En cuál de los dos trozos de papel crees que es más importante enfocarse? ¿Pueden ser ambos verdaderos al mismo tiempo?


pensando-mas-profundamente

El concepto que se presenta en “La Idea Central” y en el ensayo principal “Cuando el Yo está en silencio” nos hace tener momentos de introspección acerca de las grandes preguntas sobre la plegaria: ¿Hace alguna diferencia? ¿Realmente hace cambiar a Dios? Dios, por cierto, no cambia. Además de lo cual ¿no contradeciría el rezo el principio más fundamental de la fe, que es que estamos llamados a hacer lo que es la voluntad de Dios y no pedir que Dios haga lo que desea nuestra voluntad? ¿Qué es lo que ocurre cuando rezamos?
La plegaria tiene dos dimensiones: una misteriosa, la otra no. En tiempos de crisis clamamos desde la profundidad de nuestras almas, y algo ocurre. A veces solo nos damos cuenta más tarde, cuando las rememoramos. El rezo hace diferencia en el mundo –pero cómo la hace, es un misterio.
Hay, sin embargo, otra dimensión que no es misteriosa. Más que cambiar el mundo, el rezo nos cambia a nosotros. El verbo en hebreo lehitpalel que significa “rezar”, es reflexivo, implicando una acción hecha a uno mismo. Literalmente significa “juzgarse a uno mismo.” Significa escaparse de la prisión del ser y ver al mundo, incluyéndonos a nosotros, desde afuera. El rezo es el acto en que la implacable primera persona del singular, “Yo”, queda en silencio por un momento y tomamos conciencia de que no somos el centro del universo. La realidad está afuera. Es un momento de transformación.
Si tan sólo pudiéramos evitar la pregunta “¿Cómo puede esto influir en mí?” podríamos percibir que estamos rodeados de milagros. Hay una complejidad hermosa y casi infinita en el mundo de la naturaleza. Está la palabra divina, el mayor legado de los judíos, la biblioteca de libros que llamamos Biblia. Y está el drama sin par, extendido a lo largo de cuarenta siglos de tragedias y triunfos que han afectado al pueblo judío. Representa respectivamente las tres dimensiones de nuestro conocimiento de Dios: la creación (Dios en la naturaleza), la revelación (Dios en el texto sagrado) y la redención (Dios en la historia).
A veces, es necesaria una gran crisis para hacernos entender cuán egocéntricos hemos sido. La única pregunta suficientemente fuerte como para atribuir un significado a la existencia no es “¿Qué es lo que necesito de la vida?” sino “¿Qué necesita la vida de mí?” Esa es la pregunta que escuchamos cuando rezamos de verdad. Más que un acto de hablar, el rezo es el acto de escuchar –lo que Dios desea de nosotros, aquí y ahora. Lo que descubrimos –si logramos crear ese silencio del alma– es que no estamos solos. Estamos aquí porque alguien, Uno(Dios), lo quiso, y Él nos ha asignado una tarea que solo nosotros podemos hacer. Y emergemos fortalecidos, transformados.
Más que cambiar a Dios, el rezo nos cambia a nosotros. Nos permite ver, sentir, saber que “Dios está en este lugar”. ¿Cómo podemos llegar a esa percepción? Yendo más allá de la primera persona del singular, para que por un momento podamos, como Yaakov, decir “No conozco el Yo.” En el silencio del “yo” encontramos el “Tú” de Dios.


delpensamiento

La plegaria es nuestro diálogo íntimo con el Infinito, la expresión más profunda de nuestra fe de que en el corazón de la realidad existe una Presencia a quien le importamos, un
Dios que escucha, una Fuerza creativa que nos creó con amor. Es esta creencia más que cualquier otra la que redime a la vida de la soledad y al destino de ser una tragedia. El universo tiene un propósito. Nosotros tenemos un propósito. A pesar de lo infinitamente pequeños que somos, a pesar de nuestro breve paso por el mundo, somos importantes. El universo es más que partículas de materia girando sin fin en un espacio indiferente. La persona humana es mucho más que la concatenación de genes replicándose ciegamente. La vida humana es mucho más que ‘Una historia, contada por un idiota, llena de sonido y furia, que no significa nada’ (Macbeth 5.5.26-28). La plegaria le da significado a la existencia.
Es posible creer lo contrario. Puede existir una vida sin fe o plegaria, así como puede existir una vida sin amor, risas, felicidad, o esperanza. Pero es una vida incompleta, a la que le faltan dimensiones de profundidad y aspiraciones. Descartes dijo ‘Pienso, por lo tanto existo.’ El judaísmo dice ‘Rezo, por lo tanto no estoy solo.’
Creer requiere valor. Los judíos no necesitan pruebas de la aparente injusticia de lo eventos. Está escrito en las páginas de nuestra historia. Los judíos no tuvieron poder ni gloria terrenal. Durante casi cuarenta siglos nuestros ancestros vivieron dispersos por todo el mundo, sin un hogar, sin derechos, muy frecuentemente experimentando persecuciones y dolor. Todo lo que tenían era un Dios invisible y la línea que nos conecta con Él: el Sidur, las palabras de la plegaria. Todo lo que tenían era fe. En el judaísmo, nosotros no analizamos nuestra fe, la rezamos. No filosofamos sobre la verdad, la cantamos, la oramos. Para el judaísmo, la fe se vuelve real cuando se convierte en plegaria.
En la plegaria hablamos con una presencia más grande que el universo insondable pero más cercana a nosotros que nosotros mismos: el Dios más allá que es también la Voz interior. A pesar de que el lenguaje falla cuando tratamos de describir a un Ser que está más allá de los parámetros del habla, el lenguaje es todo lo que tenemos, y es suficiente. Dado que Dios creó el mundo a través de palabras creativas, y reveló Su voluntad por medio de palabras sagradas, escucha las palabras de nuestras plegarias. El lenguaje es el puente que nos une al Infinito.
Durante la plegaria, Dios se vuelve no una teoría sino una Presencia, no un hecho sino un modo de relacionarse. La plegaria es donde Dios se encuentra con nosotros, en el corazón humano, en nuestra ofrenda de palabras, nuestra vulnerabilidad aceptada.

PREGUNTAS PARA PENSAR:

  1. Usando esta fuente y las ideas contenidas en Convenio y Conversación de esta semana, ¿Cuántos temas y procesos puedes identificar detrás del acto de rezar?
  2. ¿Con cuál de estos te conectas más cuando rezas?

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  1. ¿Cuáles son las razones positivas para dejar de ser egocéntrico? ¿Existe algo potencialmente negativo en hacer este cambio?

  2. Si, como creemos, Dios es un Dios que nos ama y se preocupa por nosotros, que actúa en la historia para nuestro beneficio, ¿por qué crees que el Rabino Sacks argumenta que es necesario negarnos a nosotros mismos hasta cierto punto para poder conectarnos con él?

  3. ¿Te ha sucedido alguna vez, o a alguien a quien conoces, que has rezado y tus plegarias han sido respondidas, en lo que el Rabino Sacks llama la dimensión misteriosa de la plegaria?

  4. ¿Cuál es el mensaje lingüístico detrás del modo gramatical del verbo “rezar” (lehitpalel)?


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¿Quieres ganar un Sidur para días de semana de Koren Aviv? Este sidur ha sido diseñado para ayudar a los jóvenes a explorar su relación con Dios así como los valores, historia y religión de su pueblo. Envía un correo electrónico a: CCFamilyEdition@rabbisacks.org con tu nombre, edad, ciudad y una pregunta u observación sobre la parashá de Convenio y Conversación Edición Familiar. Los concursantes deben tener 18 años o menos. Cada mes seleccionaremos dos de las mejores, y ambos recibirán un sidur dedicado por el Rabino Sacks! Gracias a Koren Publishers por la amabilidad de donar estos maravillosos sidurim.


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LA IDEA CENTRAL

  1. Esta pregunta pide al lector que reflexione sobre experiencias que haya tenido en las cuales haya estado tan absorto que perdió el sentido de sí mismo, incluso por un momento. Esto puede ser leyendo un libro, viendo una película, escuchando música, o incluso soñando despierto. La idea detrás de esta pregunta es permitir al lector conectarse con una experiencia donde haya tenido un periodo corto de auto-negación. Esto los ayudará a conectarse con la idea central de este Convenio y Conversación.

  2. Yom Kipur tiene cinco prohibiciones, diseñadas para limitar el sentido del yo (y la autosatisfacción) para concentrarse en ideas más grandes como el juicio del mundo y la relación que uno tiene con Dios. Estas prohibiciones son comer y beber, mantener relaciones sexuales, usar calzado de cuero, y usar cremas o ungüentos.

  3. Es parte de la naturaleza humana estar preocupado y concentrado en uno mismo, en lugar de otras personas, el mundo en general, o Dios. Dios es trascendental, y ciertamente trasciende nuestras pequeñas y finitas vidas, por lo que enfocarse en uno mismo es una barrera para conectarse con la Divinidad infinita y trascendental. Dicho esto, la tefilá (plegaria judía) es un balance realista y sano entre estos dos opuestos. Gran parte de nuestros rezos, especialmente durante la amidá (rezo que se hace de pie y se encuentra en el corazón de nuestros servicios religiosos) de los días de semana, se enfocan en nuestras propias necesidades individuales, nacionales y universales. El judaísmo representa el balance entre nuestras propias necesidades y preocupaciones y la Divinidad infinita, como veremos en esta edición de Convenio y Conversación.

UNA VEZ SUCEDIÓ

  1. Esta historia representa la necesidad de un balance entre la autonegación (“No soy más que polvo y cenizas”), que va a prevenir el orgullo y la arrogancia y dará una oportunidad más de construir una relación con Dios, y la dignidad del ser humano que se encuentra en el conocimiento que, tal como dice el libro de Génesis, toda la humanidad fue creada a imagen Divina (“El mundo fue creado para mí”). La dignidad y sentido de valor propio que esto pone al alcance de cada ser humano es también un valor central en el judaísmo, y la historia motiva a cada persona a buscar un equilibrio entre estos dos extremos para vivir una vida balanceada y gratificante conectada con Dios y la humanidad. “La Idea Central” pide al lector que entienda la necesidad de una autolimitación y negación para construir una relación con Dios basada en la plegaria. Sin embargo, existe un peligro cuando esto es llevado al extremo, entonces el relato representa una aproximación muy judía y sanamente balanceada.
  2. La respuesta a esto puede depender de la inclinación natural del individuo. Aquellos que tienden a tener una baja autoestima deben enfocarse en el trozo de papel que dice “Por mi beneficio fue creado el mundo” y aquellos que tienden a ser arrogantes deben enfocarse en el trozo de papel que dice “No soy más que polvo y cenizas”. Pregunta a tu hijo/estudiante que analice su propia personalidad para responder esta pregunta e incentívalo a que considere la conveniencia de una aproximación balanceada a los dos.

DEL PENSAMIENTO DEL RABINO SACKS

  1. Estos pueden incluir: silenciando el “Yo”, plegarias misteriosas (cuando Dios responde nuestras plegarias); plegarias no misteriosas (cuando nosotros respondemos a nuestras plegarias); la plegaria como diálogo con el Infinito; la plegaria como la expresión más profunda de nuestra fe; la plegaria que redime a la vida de la soledad y al destino de la tragedia; la plegaria como declaración de que el universo tiene un propósito; la plegaria como una canción de la verdad; en la plegaria Dios se vuelve, no una teoría, sino una Presencia; la plegaria es donde Dios se encuentra con nosotros, en el corazón humano.
  2. Incentiva a tu hijo/estudiante/amigo/familia/a ti mismo a analizar sus propios rezos y si no se conectan con ninguno de estos modos de rezos, asegúrate de que aporten otra forma de plegaria que sea valiosa para ellos. Y si la plegaria no es significativa de ningún modo para ellos, entonces asegúrate de que expliquen claramente por qué.

ALREDEDOR DE LA MESA DE SHABAT

  1. Se ha escrito e investigado mucho sobre los peligros de la generación iGen que crece en un mundo de smartphones y selfies, y mucho de esto gira en torno al sentido del “yo” y la autoestima intensificados al extremo. Una aproximación más balanceada hacia el “yo” va a evitar algunos de los problemas en la sociedad y las dificultades que esta generación está experimentando en encontrar su lugar en el mundo. Dicho esto, una excesiva negación del “yo” puede llevar a problemas que surgen de la baja autoestima. A nivel de las sociedades, una sociedad que niega los individuos puede llevar a totalitarismos y otros males. La aproximación judía intenta encontrar un punto medio.
  2. A pesar de que pensamos que Dios es un Dios personal que actúa en la historia para nuestro beneficio, a nivel personal, nacional y universal, Dios trasciende el universo mismo. Para conectarse con un Dios infinito y trascendente, uno debe ser capaz de enfocarse y conectarse con el mundo más allá del “yo”.
  3. Las personas en tu mesa de Shabat deben haber sentido la Divina Providencia en sus vidas. Pídeles que compartan situaciones en las que la hayan sentido, o historias que hayan escuchado de otros.
  4. Lehitpalel, rezar, deriva de la raíz hebrea p-l-l que significa ‘juzgar’ (o ‘criminal’ en hebreo moderno). Está en el modo gramatical reflexivo (lehitpalel) y por lo tanto, es un proceso que le sucede a uno mismo. Entonces, la plegaria es en un cierto nivel juzgarse a uno mismo. Cuando te paras frente a Dios y realizas una lista de tus necesidades y deseos más profundos, te ves forzado a examinar tu vida, tus necesidades, tus dependencias y tu valor. Este proceso es el equivalente a juzgarse a uno mismo.
  5. Esta es una pregunta muy personal, e incluso si la respuesta anterior no le habla a las personas alrededor de tu mesa, hay muchas formas en que la plegaria puede cambiar la forma en que vemos y nos conectamos con el mundo. Quizás esto puede incluir una humildad nacida de la aceptación de dependencia y necesidad, o de una profunda conexión con el pueblo judío a lo largo del tiempo y el espacio, o la plegaria puede ser una experiencia espiritual y meditativa muy poderosa. Estos son algunos ejemplos, además del juzgarse a uno mismo, de las cosas que la plegaria puede lograr y del gran poder para generar cambios positivos que ésta tiene.

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Esta Edición Familiar es una guía al ensayo principal de Convenio y Conversación para Vayetzé 5779 que puedes leer acá.

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