Vayelej 5774 – ¿Consenso contra mandato?

jonathan_sacksComentario del Rabino Jonathan Sacks, traducido del ingles por Ana Barrera.

Editor: Marcello Farias

Vayelej 5774 – ¿Consenso contra mandato?

¿Qué le dices a tu sucesor? ¿Qué consejo le das? Vayelej es el lugar para buscar la respuesta, porque es aquí que Moisés finalmente le da el reinado a Josué, y el y Dios ambos le dan una bendición para el futuro. Pero ellos le dan diferentes bendiciones.

Escúchalos y parece que dicen lo mismo. Moisés dice “Se fuerte y de buen coraje, ya que tu vendrás (tavo) con este pueblo hacia la tierra” (Deut. 31:7) Dios dice, “Se fuerte y de buen coraje, porque traerás (tavi) a los israelitas hacia la tierra” (31:23) Tavo o tavi, “venir con” o “traer”. Las palabras suenan y parecen similares. Pero la diferencia con la que los sabios las entendieron era total.

Así es como lo pone Rashi:

Moisés le dijo a Josué, “Asegúrate que los sabios de la generación estén contigo. Siempre actúa de acuerdo a su opinión y consejo”. Sin embargo, el Santo bendito sea Su Nombre dijo a Josué, “Tu traerás a los israelitas hacia la tierra que yo les prometí” – significando, “Tráelos incluso contra su voluntad. Todo depende de ti. Si es necesario, toma un palo y golpéalos sobre la cabeza. Sólo hay un líder por generación, no dos.”

Estos son los dos extremos del liderazgo: consenso y mandato. Moisés le aconsejó a Josué que procurara una política de consulta y conciliación. Lo que le decía en efecto era, “Tú no necesitas seguir al pueblo. Tú eres el líder, no ellos. Pero tu necesitas trabajar con los sabios. Ellos también son líderes. Ellos constituyen, en efecto, tu equipo. Ellos necesitan sentir que son parte del proceso de la toma de decisiones. Ellos no esperarán que siempre estés de acuerdo con ellos. A menudo no estarán de acuerdo entre ellos. Pero ellos necesitan sentirse consultados”.

Si ellos sienten que tú no estás interesado en sus opiniones, si la impresión que ellos tengan de ti es la de una persona determinada a hacer cosas a su manera, independientemente de todos los demás porque tú sabes mejor, ellos intentarán sabotearte. Ellos te lastimarán. Puede ser que ellos no tengan éxito. Es posible que sobrevivas. Pero tú estarás herido. Tú cojearás. Tu prestigio entre la gente será disminuido. Ellos dirán, ¿cómo podemos respetar a uno quien no es respetado por sus mayores?

Yo hablo de la experiencia. La rebelión de Koraj fue seria. No fue solo Koraj; fueron también los rubenitas, y otras líderes de las varias tribus. Y aunque la rebelión fue cortada en la forma más dramática posible, todos nosotros fuimos disminuidos y nada fue igual nunca más. Entonces: asegúrate que los sabios y mayores de la generación estén contigo. Si lo están, entonces serás exitoso”.

Dios, de acuerdo a los sabios, tomó el enfoque opuesto. “El tiempo ha llegado de dejar el desierto, atravesar el Jordán, conquistar la tierra y construir el tipo de sociedad que honra a los seres humanos que Yo cree a mi imagen y semejanza en lugar de esclavizarlos y explotarlos. No busques consenso. Tú nunca lo encontrarás. Los intereses de las personas son diferentes. Sus perspectivas no son las mismas. La política es una arena de conflicto. No quise que fuera en ese sentido, pero habiéndole dado a la humanidad el don de la libertad, no puedo quitárselo e imponer mi voluntad por la fuerza. Entonces tú debes enseñarle al pueblo el camino.”

Lidera desde el frente. Se claro. Se consistente. Se fuerte. La última persona que dio al pueblo lo que ellos querían fue Aarón y lo que ellos querían era un becerro de oro. Ese fue casi el final del pueblo judío. Consenso, en política o negocios, o incluso en la búsqueda de la verdad, no es liderazgo pero la abdicación del liderazgo. Te elegí para ser el sucesor de Moisés porque creo en ti. Entonces, cree en ti mismo. Dile al pueblo lo que debe hacer, y diles por qué.”

Se respetuoso con ellos. Por todos los medios escúchalos. Pero al final del día la responsabilidad es tuya. Los líderes lideran. Ellos no siguen. Y cree en mí, aunque ellos puedan criticarte ahora, eventualmente te admirarán. El pueblo quiere que sus líderes conozcan el camino, que vayan y enseñen el camino. Ellos quieren que sean decisivos. Siempre trata a la gente con la mayor de las cortesías y respeto. Pero si ellos no se portan como tú te portas con ellos, si se oponen y tratan de frustrar lo que estás haciendo, puede ser que no haya opción más que tomar un palo y golpearlos en la cabeza. Sólo hay un líder por generación. Si todos son empoderados, no hay música, sólo ruido; no hay éxito, solo un comité que se reúne sin fin en el que todos hablan y nadie escucha.”

Aquellas fueron, entonces y ahora, las dos grandes opiniones. Pero se nota algo extraño. La persona que insta consensos es Moisés, pero Moisés nunca actuó por consenso. Este es el hombre quien casi tiene que arrastrar al pueblo fuera de Egipto, a través del mar, y a través de un desierto que aullaba, el hombre quien hizo cosas por su propia iniciativa sin siquiera consultarlo con Dios.

Este es el hombre que rompió las tablas de piedra labradas y grabadas por Dios mismo. ¿Cuándo fue que Moisés lideró por consenso? Para estar seguros él tuvo setenta sabios, príncipes de las tribus, y desarrolló una estructura de administración con cabezas de miles, cientos, cincuentas y decenas, pero aunque le ayudaban, ellos no lo aconsejaban ni él buscaba su consejo. ¿Qué fue lo que súbitamente llevó a Moisés a ser un hombre de paz, y líder por consenso?

Ese es un problema. El otro es el consejo que le da el mismo Dios: lidera desde el frente, incluso contra su voluntad. Pero así no es como Dios actuaba, como lo entendían los sabios. Esto es lo que ellos decían sobre las palabras inmediatamente anteriores a la creación de la humanidad, “Hagamos el hombre en nuestra imagen”:

Hagamos al hombre: Desde aquí aprendemos la humildad del Santo, Bendito sea Su Nombre. Desde que el hombre fue creado en la semejanza de los ángeles, y ellos lo envidiarían, El los consultó….

Incluso cuando ellos (los ángeles) no Le asistieron en Su creación, y hay una oportunidad para los herejes de rebelarse (al tergiversar el plural como una base para sus herejías), la Escritura no duda en enseñar una conducta propia y el trato de humildad, que una gran persona debe consultar con y recibir el permiso de uno más pequeño.

Los sabios confundidos por el plural, “Hagamos al hombre”, lo interpretaron como si significara que Dios consultó con los ángeles. A pesar del hecho del uso del plural “nosotros” era peligroso – puede ser leído como si la pureza del monoteísmo del judaísmo estuviera comprometido – sin embargo el principio de consulta es tan importante que la Torah toma el riesgo de ser abierta a la mal interpretación. Dios consulta, de acuerdo a los sabios. “Dios no actúa tiránicamente hacia Sus criaturas”.

Para asegurarse, los sabios dijeron en el Sinai Dios suspendió la montaña sobre los israelitas y dijo, “Si dices No, esta será tu tumba”. Pero este no es el pleno sentido del verso. Al contrario, antes que el diera la Torah a Israel, el ordenó a Moisés explicarle al pueblo qué se estaba proponiendo (Ex. 19:4-6). Y eso fue solo cuando el pueblo – “todo el pueblo junto” (19:8) “con una sola voz” (24:3) – que el pacto se hizo. Esta es la base bíblica de la idea, en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América, que los gobiernos ganaran su autoridad del “consentimiento de los gobernados”. El mismo acto de dar a los humanos libertad significa que Dios nunca nos fuerza contra nuestra voluntad. Como Eisenhower dijo una vez “Golpear al pueblo sobre la cabeza no es liderazgo: es asalto”. Entonces ¿por qué Dios fue aquí, como si estuviera hablando fuera de carácter?

La respuesta, me parece a mí, es esta: Tanto Dios como Moisés querían que Josué supiera que el verdadero liderazgo no puede ser justo con un solo lado, sea la procuración del consenso o el mando-y-control. Debe ser una balanza hábil entre las dos cosas. Ellos querían que Josué escuchara de la forma más sorprendente, entonces cada uno dijo lo que menos se esperaba que dijeran.

Moisés a quien todos asociaban con fuerza, liderazgo decisivo, en efecto le dijo a Josué. “No te olvides de esforzarte por el consenso. Tu tarea no es la que fue la mía. Yo tuve que sacar al pueblo de la esclavitud. Tú tienes que dirigirlos hacia la tierra de libertad. Libertad significa tomar a la gente en serio. El liderazgo de un pueblo libre implica escuchar, respectar y esforzarse por consenso siempre que sea posible”.

Dios, quien le dio a los humanos libertad y nunca se impuso sobre la voluntad de las personas, dijo, “Josué, Yo soy Dios: tú no lo eres. Yo tengo el respeto de la libertad de las personas. Yo tengo que dejarlos ir en el camino que ellos determinen ir, incluso si está mal y es auto-destructivo. Pero tú eres un humano entre humanos y es tu tarea enseñarles el camino que lleva a la justicia, compasión y la buena sociedad. Si el pueblo no está de acuerdo contigo, los tendrás que enseñar, persuadir, pero al final tú tienes que liderarlos, porque si todos hacen lo que está bien a sus ojos, esa no es libertad sino caos.”

En corto, el liderazgo no es simple. Es complejo porque involucra gente y la gente es compleja. Tú tienes que escuchar, y tú tienes que liderar. Tú tienes que luchar por el consenso, pero, si no lo hay, debes tomar el riesgo de decidir. Si se hubiera esperado por el consenso Lincoln nunca hubiera terminado con la esclavitud, Roosevelt y Churchill no hubieran liderado al mundo libre a la victoria, y David ben Gurion nunca hubiera proclamado el Estado de Israel.

No es el trabajo de los líderes darle al pueblo lo que ellos quieren. Es el trabajo de los líderes enseñarle al pueblo qué es lo que ellos deberían querer. Pero al mismo tiempo, ellos deben involucrar al pueblo en el proceso de toma de decisiones. Figuras clave y circunscripciones deben sentir que han sido consultados. Colaborativo, consultivo, el liderazgo que escucha es esencial en una sociedad libre. De otra manera, hay autocracia templada por asesinato.

Los líderes deben ser maestros pero también aprendices. Deben ser visionarios y aún así tener tiempo para los detalles. Deben empujar al pueblo pero nunca demasiado lejos, demasiado rápido, o ellos fracasarán. Deben hablar para el bien de ángeles de la naturaleza, enseñándonos a amar no a odiar, perdonar no a buscar venganza. Deben siempre preferir la solución pacífica a la que involucra tomar un palo y pegarle a la gente en la cabeza, incluso si están preparados para hacerlo si no hay otra alternativa. Los líderes deben ser capaces de más de un estilo de liderazgo. De otra manera, como Abraham Maslow dijo, “Aquellos quienes sólo tienen un martillo tratarán todos los problemas como si fuera un clavo.”

Considerando el esfuerzo, energía, estrés y dolor, por qué alguien debería buscar ser un líder seguiría siendo un misterio, si no fuera por esta luminosa verdad: que no hay mejor manera de inundar la vida con sentido que habiendo levantado a otros y ayudarlos hacia una grandeza que ellos nunca supieron que tenían; haber enderezado junto a otros algunos de los males de este mundo herido y sus criaturas; haber actuado más que esperado a que otros actúen, y haber traído a otros contigo, pues el líder más grande en la tierra o en el cielo no puede liderar solo.

Esto es lo que hace del liderazgo el más grande privilegio por el cual cualquiera de nosotros puede ser bendecido. Como Moisés dijo a Josué: “Feliz eres de tener el mérito de liderar a los hijos de Dios.” La corona del liderazgo es invisible y aún así sabes quien la lleva y quién no. Está ahí, frente a ti, esperando para que te la pongas. Llévala con orgullo y que todo lo que hagas sea bendecido.

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